Hola
Eventualmente, todos perdemos la batalla con la fuerza de voluntad, es solo cuestión de tiempo. Aunque el entorno adecuado también influye.
En una charla entre amigos, uno de ellos comentó que tras mucho tiempo negándose, ahora se está reuniendo con sus compañeros al terminar la jornada. Según me dijo, la rutina de decir que no para así dedicar tiempo al proyecto creativo que le esperaba en casa, mientras los demás se retiraban a descansar y desconectar, ha terminado por agotarlo.
Muy a menudo, esa obligación de ser disciplinados se debe a que no ejecutamos las acciones correctas que nos acerquen a nuestros objetivos. En cualquier proyecto en el que nos embarquemos, necesitamos hacer cosas que nos proporcionen esas pequeñas victorias que nos retroalimentan y nos animan a seguir. Tenemos que sentir que el tiempo invertido no sólo está bien empleado, si no que forma parte de nuestra rutina y que no supone un esfuerzo añadido.
No hay que sentirse culpable si en un momento determinado nos damos cuenta de que preferimos hacer otras cosas a dedicar tiempo al proyecto que tenemos entre manos. En su lugar debemos pensar que hay algo que falla en cómo lo estamos planteando.
Dejar toda la responsabilidad al ambiente es dejar al azar el futuro de nuestro proyecto. Hay que tomar medidas. Si quieres perder peso recurre a un nutricionista, si quieres leer más únete a un club de lectura, si quieres hacer más en tu proyecto, contrata a un entrenador.
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