Derechos humanos, mujeres y diversidades sexuales

Gianni Infantino, actual presidente de la FIFA, afirmó que organizar el Mundial en Qatar es algo positivo porque "ha habido muchos avances" en materia de derechos humanos en el país gracias a la atención que tiene el evento. Elijo dudar.

En marzo de 2016, Amnistía Internacional publicó el informe Qatar, la Copa Mundial de la vergüenza. Allí se detallan ocho formas de explotación detectadas sobre personas migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajaban en la reforma del estadio Jalifa y la denominada Aspire Zone. Retrasos en el cobro de sus salarios, no poder cambiar de trabajo ni salir del país, trabajo forzado y amenazas son algunas de las condiciones que describieron en ese momento los propios trabajadores. 

A raíz de esas denuncias, el gobierno qatarí tuvo algunas iniciativas para reformar el sistema laboral del país pero los abusos continúan y miles de trabajadores siguen sin recibir indemnización por los abusos laborales que han sufrido en estos últimos 10 años, mientras la FIFA, sus patrocinadores y las empresas de la construcción implicadas han obtenidos beneficios económicos millonarios. 

En relación a la situación de las mujeres, tanto el informe de Human Rights Watch como el de Amnistía International, ambos de 2021, concluyen que “las mujeres siguen estando discriminadas en la ley y en la práctica”. El sistema de tutela masculina que se aplica en Qatar “niega a las mujeres el derecho a tomar decisiones clave sobre sus vidas, ya que […] deben conseguir el permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas del Gobierno, acceder a muchos empleos gubernamentales, viajar al extranjero hasta cierta edad y recibir algunas formas de atención de la salud reproductiva”.

Los derechos de las personas de la comunidad LGBTIQ+ tampoco son reconocidos en Qatar. El Código Penal tipifica las relaciones homosexuales entre hombres como un delito punible con hasta siete años de prisión, por lo que las autoridades qataríes y la FIFA acordaron que el país iba a recibir a la comunidad LGBTIQ+ permitiendo su asistencia a los partidos, pero sin “demostraciones públicas de afecto”. 

Las muestras de apoyo también fueron prohibidas durante el torneo. En la víspera de Alemania vs. Japón, el arquero y capitán alemán Manuel Neuer, confirmó que iba a usar el brazalete OneLove, campaña en apoyo a la diversidad sexual iniciada por la Federación Neerlandesa de Fútbol en 2020. La FIFA amenazó con sanciones deportivas y finalmente Neuer usó una cinta blanca con letras en negro con la leyenda "no a la discriminación". Sin embargo, en la foto del plantel alemán quedó estampada la protesta ya que los once jugadores se taparon la boca para dejar en claro que a los futbolistas no se les permitió expresarse.

Otra situación que se vivió fue la violencia que sufrió el periodista brasileño Víctor Pereira, cuando un guardia qatarí confundió el arcoiris de la bandera de Pernambuco, uno de los 26 estados de Brasil, con la bandera del movimiento LGBTIQ+. El periodista fue violentado, se le quitó la bandera y se le obligó a borrar el video que había grabado donde muestra la situación. Por suerte, quedaron otros registros.

 

Tecnología, control y videovigilancia

Este año la FIFA implementó una serie de tecnologías de última generación. Al ya conocido VAR (Video Assistant Referee), se sumaron la pelota Al Rihla (en árabe, "El viaje"), con sensores que detectan el contacto, y un entramado de cámaras instaladas en cada estadio que registran los movimientos de la pelota e identifican hasta 29 puntos de análisis de cada futbolista. Estos dos recursos combinados son los que permiten la detección semiautomatizada tanto del gol como de “off side” (fuera de juego), y la reconstrucción en 3D de las jugadas, todo en cuestión de segundos.

Además de las tecnologías vinculadas a lo deportivo, hay otros desarrollos que se sumaron para el control y la vigilancia de las personas asistentes. El 'Aspire Command and Control Centre' es el sistema desarrollado por el gobierno qatarí que combina quince mil cámaras de seguridad, inteligencia artificial, big data y una única plataforma para controlarlo todo. De forma simultánea y remota se monitorean los ocho estadios de la Copa del Mundo, tanto el interior como sus zonas exteriores, para dar alarma inmediata a las fuerzas de seguridad cuando se registren alteraciones, por ejemplo, en la temperatura o la presión de los espacios.

Otro detalle no menor: Qatar estableció como obligatorio para todas aquellas personas que llegaron al país, la instalación en sus teléfonos móviles de dos aplicaciones: Ehteraz, que permite el rastreo de casos de COVID-19, y Hayya, que facilita el seguimiento de las entradas a los partidos y el acceso al metro gratuito durante el Mundial. 

Apenas se dio a conocer la noticia, personas expertas en ciberseguridad advirtieron de sus peligros. Por ejemplo, Ehteraz para su funcionamiento solicita el acceso para leer, eliminar o cambiar todo el contenido en el teléfono, el acceso para conectarse a WiFi y Bluetooth y también la descripción de su ubicación exacta, entre otras. 

Hayya, por su parte, tampoco se queda atrás. La app solicita acceso para compartir la información personal casi sin restricciones, para determinar la ubicación exacta del teléfono, evitar que el dispositivo entre en modo de suspensión y también para ver las conexiones de red del teléfono.

Con el uso de estas dos apps las personas están entregando información valiosísima. Si te parece una pavada, te recomiendo que mires el TEDx de Marta Peirano de 2015, ¿Por qué me vigilan si no soy nadie?. Allí la periodista ya nos advertía que el error más común que cometemos es infravalorar la cantidad de información que producimos cada día y a la vez despreciar su valor. 

“La existencia de esa información nos hace vulnerables de maneras que no podemos anticipar”, afirma Marta y agrega: “Nuestro perfil es automático: existe aunque nadie nos mire. Y el día que alguien nos mire y te cambie la suerte, tu perfil, tu historial, se convierten en tus antecedentes. Puedes acabar (por ejemplo) en uno de los 75 países en donde ser homosexual es ilegal”. 

Algunos goles a favor 

Para levantar este newsletter, aquí van dos detalles positivos en Qatar 2022.

• Paradójicamente a la realidad que viven las mujeres qataríes, esta fue la Copa del Mundo con mas representación femenina. Los señoros de la FIFA se la jugaron y convocaron a seis mujeres para formar parte del plantel de arbitraje. La francesa Stéphanie Frappart, que fue la primera mujer en dirigir un partido de la Champions League; la ruandesa Salima Mukansanga y la japonesa Yoshimi Yamashita fueron las colegiadas principales durante el torneo. A ellas se le sumaron las asistentas: Neuza Back, de Brasil, Karen Díaz Medina, de México, y Kathryn Nesbitt, de Estados Unidos. 

  Así, el partido Alemania Vs. Costa Rica fue el primero en casi 100 años de Copas del Mundo en ser arbitrado por un trío de mujeres. Frappart se convirtió en la primera árbitra de un encuentro mundialista, y la acompañaron Back y  Díaz Medina. El cuatro árbitro fue el hondureño Said Martínez.

• En Argentina hubo un pequeño avance de las mujeres periodistas en la cobertura del mundial. A través de distintos medios y plataformas, cerca de 20 trabajadoras de prensa argentinas viajaron a Qatar para acompañar a la Selección nacional y hacer historia. Aunque sí hay que reconocer que, lamentablemente, con excepción de la Televisión Pública, en la mayoría de los medios nacionales más importantes el plantel de periodistas está integrado solo por varones.

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