El 18 de mayo llega a las salas de cine TORO, dirigida por Ginna Ortega y Adriana Bernal-Mor

Bogotá, mayo de 2023. Este 18 de mayo llega a las salas de cine del país TORO, retrato de la vida del fotógrafo caldense Hernando Toro Botero, de su vida en Europa, sus amores, sus errores, sus miedos, su paso por la cárcel y su indiscutible talento. Dirigido por Adriana Bernal-Mor y Ginna Ortega, bajo la producción de GusanoFilms y la distribución de DOC:CO, TORO busca hacer un homenaje a un hombre transgresor, reconocer la belleza en dimensiones que van mucho más allá de lo convencional, celebrar la diferencia y darle potencia a lo “marginal”.

TORO surge cuando Adriana Bernal-Mor conoce a Hernando Toro en un taller de fotografía que él impartía a personas privadas de la libertad en la cárcel distrital de Bogotá. Al ver algo de su historia, carisma y la calidad de su trabajo, ella sintió un potencial personaje para un proyecto audiovisual. A los pocos días de este encuentro, comparte con su colega Ginna Ortega su percepción de Toro y toman la decisión de indagar un poco más sobre su obra: “De inmediato, desde que nos vimos por primera vez, sentí que estábamos frente a un personaje más que interesante, un hombre al que no me cansaba de escuchar y que, por el contrario, me despertaba infinita curiosidad. Así fue como empezamos a grabarlo durante varios años y a entablar conversaciones que poco a poco se fueron volviendo puestas en escena: la exploración de su archivo, que es un tesoro inexplorado, sesiones de retrato, armar un collage… Siguiendo un juego que inició sin mayores pretensiones resultamos construyendo una película que, desde mi mirada, llega a niveles que no imaginamos”, afirma Ginna Ortega, co-directora de TORO.

“TORO siempre fue muy abierto con nosotras. Desde nuestra mirada, la amistad implica complicidad y aceptación del otro: reconocernos cambiantes, vulnerables, sensibles, imperfectos. Creemos que esa fue la clave en el proceso de aproximación a Toro y fue, al mismo tiempo, uno de los mayores hallazgos que hemos tenido como cineastas. Creemos que esta película nos enseñó, entre otras cosas, a valorar esos procesos que toman tiempo y que eluden el afán, procesos en los que la cámara también es cómplice porque se vuelve parte de la dinámica. El rodaje de TORO duró aproximadamente tres años en sesiones intermitentes y tempranamente descubrimos que queríamos explorar puestas en escena que giraran en torno a la fotografía y al retrato. Sobre esa base se diseñó el plan de rodaje. Hubo días en los que nos enfocamos en conversar con Toro emulando la manera en la que él fotografía a sus modelos: plano medio en fondo negro. En estas conversaciones intentábamos indagar sobre la manera en la que ve su oficio, sus métodos, sus intereses artísticos. En otros momentos nos dedicamos a explorar su material de archivo y a escuchar las historias que narraba a partir de las imágenes”, comenta Adriana Bernal-Mor, co-directora.

"Durante todo este proceso descubrimos que la imagen era un gran activador de la memoria. Por esta razón quisimos jugar con escenarios diversos para revisar el archivo: TORO escaneando fotos, TORO armando un collage con fotos de su juventud (esto fue inspirado en la obra de Aby Warburg), TORO viendo su caja de fotos familiares...

Asimismo, hubo una serie de encuentros en los que grabamos a TORO en acción y en su vida cotidiana. Este tipo de registros se hicieron más recurrentes en la parte final del proceso, cuando ya había una mayor confianza y una cierta "naturalidad" frente a la cámara. Fue interesante ver que poco a poco él fue cediendo ante nuestra presencia y que el material que surgió resultó vital para entenderlo a él como ser humano y como artista.

El equipo de rodaje fue muy reducido. Adriana y yo hicimos la cámara (trabajamos a dos cámaras). En muchos momentos Adri se encargó del sonido y de temas de producción de campo. Una vez tuvimos recursos, trabajamos con Sara Fernández, una sonidista muy sensible y talentosa, que se entendió muy bien con Toro. Hubo días en los que nos apoyó con el sonido directo Héctor Sánchez, especialmente en las exposiciones de arte.

Tal vez el grueso del equipo participó en escenarios previos y posteriores al rodaje. El productor de la película es Jorge Caballero, quien desde el principio fue un guía e impulsó en muchos sentidos el proyecto. Él y su equipo de GusanoFilms han visto todo y nos han acompañado desde que la idea de la película surgió.

Ya luego, en la etapa de postproducción, contamos con el editor y co-guionista David Rojas, a quien siempre le estaré agradecida por su mirada y por ser maestro. Contamos con el apoyo de Imán Music (Nicolás Muñoz, Táriq Zia Burney y Jorge Arango) en la mezcla de sonido y composición musical. Ellos le dieron otro relieve a la película. Luego trabajamos con Roberto Montoya y Stiven Maldonado, que trabajaron en la graficación y en la colorización y que fueron muy sensibles al pensar la imagen y el uso de la fotografía, que era un aspecto delicado en un documental dedicado a un fotógrafo. La actriz y, sobre todo, nuestra amiga Diana Wiswell fue quien narró la voz en off de la película. A ella le debemos un gran reconocimiento por la ternura y cuidado con el que encarnó nuestra voz. Y por último, no menos importante, trabajamos con la empresa chilena Buena Suerte en la parte de diseño de créditos y del afiche. Desde su inmenso talento aportaron a crear una estética con la que nos sentimos muy felices", concluye emocionada Ginna Ortega.

La película inició como un cortometraje, con el apoyo de una Beca de Creación de Idartes en el 2018.

En el 2020 ganó dos estímulos de postproducción en el Festival Internacional de Documental de Santiago de Chile, la beca de Idartes de composición de música original y finalmente el FDC de postproducción.

Estando preso por narcotráfico en Barcelona, Hernando Toro inició su carrera de fotógrafo. Durante más de una década, desde una celda que convirtió en un estudio profesional, tomó miles de retratos a quienes, como él, vivían tras las rejas. Pese a la riqueza de su trabajo, buena parte del archivo de Toro quedó olvidado una vez salió en libertad. Este documental recupera sus negativos y explora no solo su recorrido, sino parte del archivo inédito. Lo que empezó como una pregunta por el pasado, se ha ido convirtiendo en la observación de los últimos años de vida de este magnífico artista.