|
Los últimos siete días...
Esta semana he hecho poco o nada. Es la primera vez, desde hace mucho tiempo, que no publico ni un solo artículo en el blog, pero ¿qué queréis? Llevo de vacaciones desde el martes; el miércoles estuve liado en la sesión de fotos de las empanadas de Milán Dopico; el jueves fue mi cumpleaños; y, desde el viernes, estoy de mini-vacaciones en Cerdeña, donde he decidido no llevar ordenador ni nada que se le parezca.
Desgraciadamente, lo bueno dura poco y, a partir del martes, ya estaré dando guerra de nuevo. Pero eso, como casi siempre, es otra historia…
La Columna B
El Dorado: mitos del teletrabajo y el coworking
Después de un año teletrabajando, ando buscando una oficina. La familia crece y mi equipo de trabajo también. Pero no es sólo una cuestión de espacio.
El teletrabajo aporta muchas ventajas -flexibilidad, comodidad, ahorro de tiempo y dinero en transporte- cuando es una opción, pero no una imposición. Con el tiempo, he aprendido que eso de trabajar en casa, no es tan bonito como pintan en las películas.
En mi caso, empecé a trabajar en casa como freelance y único empleado de Atlassian en España. En mi apartamento de soltero de 2 habitaciones y 60m2, el despacho ocupa al menos el 25% de la casa y, para poder habilitarlo, hemos tenido que prescindir de otras cosas, como un sofá-cama donde poder alojar invitados. Y eso, cuando eres un exiliado gallego, duele y mucho.
Además, el modelo no escala. Comparto el despacho con mi mujer -que también trabaja en casa- y, desde hace algo más de un mes, con Jerónimo, mi amigo y socio en Funius.
Empezamos a estar como sardinas en lata y, además, nos gustaría poder reunirnos y recibir visitas sin tener que atenderlas en nuestro cuarto de estar.
Así que, decides hacer una inversión para mejorar tu calidad de vida y, entonces, te planteas: ¿Qué tipo de oficina debo buscar?
Yo siempre he pensado que, una oficina debería proporcionar un ambiente de trabajo con la suficiente calidad como para que te motive desplazarte a la misma.
Aunque nunca puede sustituir a la labor de un arquitecto, el libro Planning Office Spaces, que me prestó mi amigo Yeray, es un buen comienzo para identificar los requerimientos y características del espacio de trabajo que necesitas.
En nuestro caso, para 3-4 personas, buscamos un espacio diáfano y luminoso de al menos 50m2. Eso, en la zona norte de Madrid viene a costar unos 800 euros al mes en plena época de crisis. Si comienzas a sumar servicios como seguros, luz, Internet o limpieza puedes superar fácilmente los 1000 euros al mes de gastos sólo en tu oficina. Eso, sin tener en cuenta lo que te puede costar amueblarla.
Parece que la solución más económica es buscar un sitio compartido, eso que ahora se llama coworking. El problema es que, la mayoría de esos espacios están pensados para freelances, no para pequeños equipos de trabajo. En The Hub Madrid, por ejemplo, piden 290 euros al mes por puesto de trabajo.
Eso son 870 euros al mes para un equipo de tres personas. Y lo peor, una vez más, no es el dinero sino el tiempo. La mayoría de estos sitios están en el centro de la ciudad, un infierno para aparcar… o un paseo de 45 minutos si vives en un barrio periférico y te animas a ir en transporte público.
Así que, vuelves a replantearte todo para llegar a la misma conclusión: no hay ninguna solución ideal. Las oficinas buenas, bonitas y baratas sólo se encuentran en las películas.
Si te ha gustado, pinta, colorea, copia y distribuye:

|
|
|
|
|