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Muchos Saludos a las amigas y los amigos de Turimiquire Foundation en EE.UU., Europa y Canadá.  ¡Vamos a ayudar a quienes no han sido tan afortunados como nosotros!
Turimiquire Foundation

Planificación Familiar
 
Año tras año lo primero que las madres piden a La Fundación es ayuda para controlar su fertilidad. Aquí la Doctora Silvia Quijada atiende a pacientes de planificación familiar durante una jornada de servicio en un área rural. Con planificación, las familias se alivian del sobrepeso de más hijos de los que pueden atender bien, y los padres pueden concentrarse en darles a los hijos el mejor futuro posible a través de la educación. Los adolescentes asisten primero a sus estudios, y demoran sus embarazos. Todos están de acuerdo en que la educación es prioridad.

 
Estamos orgullosos de María Gabriela (izquierda) y Johana Rengel (derecha), quienes han participado en nuestro programa de becarios estudiantiles desde el principio, y ahora son nuestros primeros graduados universitarios. Son jóvenes ejemplares que han prosperado con el apoyo de la Fundación. Nacidas en familias campesinas - donde el analfabetismo funcional ha sido la norma durante generaciones - ellas se han transformado en jóvenes profesionales con licenciaturas en enfermería y un futuro prometedor.

Planificación Familiar y Educación:
Trabajando Unidos para Transformar
Vidas y Comunidades

¿Cómo funciona nuestra Receta para una Comunidad Prospera? ¿Por qué somos tan apasionados respecto a la combinación de planificación familiar y educación?

Precisamente por personas como Johana y María Gabriela. 

El acceso a la combinación de planificación familiar y oportunidades educacionales ha abierto la puerta a un mejor futuro para estas jóvenes - un futuro que nadie habría pronosticado cuando María Gabriela empezó a bajar dos horas por el camino todos los días para usar los recursos educacionales de nuestro centro comunitario y esperar con Johana al irregular transporte público para asistir al liceo rural más cercano. 

Conocimos a las madres de ambas, Celsa e Isabela, cuando llegamos a este remoto valle rural hace más de 35 años, cuando ellas mismas eran niñas. En aquellos días  la mayoría de las mujeres eran analfabetas y empezaban a dar a luz a la edad de 14 o 15 años, típicamente pariendo un nuevo hijo cada dos años, y perdiendo así las (pocas) oportunidades educacionales que existían para ellas y sus hijos. La mortalidad materna e infantil era parte de la vida, y una madre sobreviviente frecuentemente tenía seis o más hijos al llegar a los treinta años. Esto empezó a cambiar cuando ofrecimos planificación familiar a todas las mujeres en edad reproductiva. La mayoría aprovechó esta oportunidad con entusiasmo, y ahora la norma en el valle es de dos o tres hijos por familia, en vez de seis a ocho como antes.

Celsa, la mamá de María Gabriela, y su marido, eran efectivamente analfabetas, aunque ella ahora sabe firmar su nombre. Ya con seis hijos, ella nos buscó para una esterilización por ligadura, y entonces se enfocó en la educación de sus hijos, llegando además a ser un líder responsable en la comunidad. Cuatro de sus hijas se graduaron en el liceo con el apoyo de nuestro programa becario, un logro admirable dado que tenían que caminar dos horas de ida y dos horas de venida cada día por los senderos, y esperar el transporte público para llegar al liceo más cercano. Con nuestro apoyo, María se inscribió en la Universidad en Cumaná, la ciudad principal de esta zona, y este año se graduó de enfermera. Ahora está haciendo pasantía en nuestro programa de cirugía como preparación para conseguir empleo en el sector de salud pública.


La familia de Johana vivía aun más lejos en este retirado valle, a más de tres horas de camino de la carretera. Hace más de treinta años el abuelo de Johana, Darío, fue uno de los principales en convencernos de dar clases de alfabetización a la población campesina. En esas clases Darío logró un buen dominio sobre la lectura y escritura, y sus hijos más aun, incluyendo Isabela, la eventual madre de Johana. Ella fue uno de los beneficiarios estrella de nuestras primeras becas de $100 con que se compraba libros y cubría gastos de estudio, mucho antes del inicio formal de la Fundación. Cuando Isabela era adolescente, la familia se mudó más cerca de la carretera, y así ella pudo asistir al liceo, un logro significativo. Isabela usó nuestro programa de planificación familiar para definir el tamaño de su familia (4 hijos) y ya tiene años trabajado con la Fundación, administrando uno de nuestros centros de distribución de materiales escolares subsidiados, ubicado en su propia casa. Sus dos hijas mayores, Johana y su hermana menor, Estefani, han sido unos de los mejores estudiantes en nuestro programa de becarios. Estefani está estudiando en la Universidad con nuestro apoyo, y Johana acaba de graduarse en enfermería. En una colaboración entre La Fundación y El Ministerio de Salud, Johana ahora está trabajando en un centro para adolescentes en una clínica pública, y entrenándose con nuestro personal para presentar talleres de salud reproductiva en liceos locales. 

María y Johana van realizando sus sueños con verdadera disciplina, mejorando y contribuyendo con su comunidad.  Dan ejemplo de lo que se puede lograr; son admiradas en su grupo; aconsejan a los más jóvenes que sigan adelante; y son modelo de lo que representa la educación para las generaciones que vienen. Esto demuestra nuestra Receta para una Comunidad Próspera en acción, invirtiendo siempre en la gente primero, desarrollando comunidad a través de las generaciones.

Esta humilde comunidad rural se está levantando por medio de sus propios recursos humanos, con un poquito de ayuda de sus amigos.

Por Favor, Sea Usted Uno de esos Amigos: Contamos con nuestros donantes, y este año les estamos pidiendo a todos aquellos en condiciones de hacerlo, que por favor contribuyan un poco más que el año pasado, para que podamos aumentar nuestro programa becario y no dejar atrás a ningún estudiante. Los fondos adicionales serán gastados juiciosamente para asegurar que los estudiantes rurales serios puedan continuar su educación - una oportunidad clave que se presenta una sola vez en la vida – y lo cual queremos ofrecer a a todos y cada uno de los jóvenes aptos e interesados.

Si no ha donado antes, por favor, ¡únase a nosotros ahora!

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Cuando soñamos con otros,
es el comienzo de la realidad."

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