2. Lo que debemos conocer camino a la Asamblea Constituyente
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El Distrito Federal adopta la denominación de Ciudad de México como nombre oficial. Asimismo, mantiene su condición de capital del país y sede de los poderes de la Unión.
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La Ciudad de México será parte de la Federación, con rango de entidad federativa, y su Congreso local tendrá derecho de iniciar leyes o decretos ante el Congreso de la Unión y de participar en las reformas y adiciones a la Constitución nacional.
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Al ser parte de la Federación, con carácter libre y soberano en lo concerniente a su régimen interior, la Ciudad de México adoptará su propia constitución.
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Se plantea que esta constitución local establezca derechos y obligaciones fundamentales para los capitalinos, en el marco de los reconocidos por la Carta Magna. Sin embargo el Jefe de Gobierno enviará a la Asamblea Constituyente el 15 de septiembre el proyecto de constitución para su revisión, el cual está siendo redactado por los llamados notables, 28 personas elegidos por el jefe de gobierno afines el 90% de ellos a su ideología e intereses.
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Se establecerá la Asamblea Constituyente, independiente de la actual Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que se encargará de la discusión, modificación y aprobación de la constitución local, presentada por el Jefe de Gobierno. Órgano creado para ayudar a la transición de Distrito Federal a Ciudad de México y que estará en funciones del 15 de septiembre al 5 de febrero, fecha en la que se promulga la constitución.
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La Asamblea Constituyente estará integrada por 100 miembros, 60 de ellos electos en comicios organizados por el Instituto Nacional Electoral (INE), cuyas campañas empezaron el 18 de abril y se celebrarán el primer domingo de junio (5 de junio) de 2016. Los 40 restantes serán designados por senadores (14), diputados (14), el jefe de gobierno (seis) y el presidente de la República (seis).
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Las actuales delegaciones se convertirán en demarcaciones territoriales —también llamadas alcaldías—, gobernadas por un concejo integrado por un titular (el alcalde) y el número de concejales que establezca la constitución local, que se prevé que sea de entre 10 a 15 miembros en proporción al número de habitantes de la localidad.
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Las demarcaciones territoriales (hoy delegaciones) accederán a los recursos de los fondos y ramos federales, no se descentraliza el gasto de la Ciudad de México, ni tendrán patrimonio propio. La constitución local establecerá la competencia de las alcaldías dentro de sus respectivas jurisdicciones en los ámbitos de gobierno, administración, protección civil, servicios y promoción económica.
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El Ejecutivo local podrá nombrar a los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPDF) y de la Procuraduría General de Justicia (PGJDF). Sin embargo, el presidente de la República podrá removerlos de sus cargos en los supuestos que establezca la legislación federal.
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La ciudad decidirá sobre el monto de su techo de deuda, pues actualmente la Cámara de Diputados es la encargada de autorizar este monto, de la rendición de informes y la fiscalización de su ejercicio.
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Los actuales diputados locales de la ALDF serán los encargados de elaborar las leyes secundarias que emanarán de la constitución local aprobada para la Ciudad de México.
Conclusiones
Por alguna razón la decisión de aprobar la reforma política para el D.F. fue muy precipitada. Las facultades del Jefe de Gobierno para la elaboración del proyecto de constitución para la Ciudad de México son sumamente tendenciosas y no respetan la pluralidad de esta ciudad. Los partidos políticos siguen ignorando a la ciudadanía al aprobar un proceso electoral en el que, si bien los candidatos independientes pueden ser elegidos para la asamblea constituyente, el camino para ello ha sido muy tortuoso para los verdaderamente independientes, no así para los que contaban con infraestructura y recursos, incluso del mismo jefe de gobierno y los partidos políticos.
Es apremiante, para evitar un radicalismo en la constitución que no respalde los auténticos los derechos humanos de los capitalinos, votar el 5 de junio y participar en los foros y demás actividades para incidir en quienes discutirán y aprobarán nuestra constitución.
